Andaba yo con ganas de aprovechar para otro plato el excelente queso de Hinojosa que compré para las croquetas (y que, por cierto, han tenido bastante éxito).
Así que me puse a hojear los libros de la colección de libros de cocina que allá por 2006 sacó el diario El País (‘Cocina de El País‘) y que yo me hice casi completa.
Con el tiempo he podido comprobar que la mayoría de recetas de estos libros, como pasa con muchos libros de cocina, son orientativas: a veces los platos tienen más dificultad de lo que dicen, o menos; a veces se tarda más, otra el plato no te lleva los 35 minutos que supuestamente exige; a veces las cantidades no están tan ajustadas como uno podría creer o algunos pasos son, cuando menos, imprecisos.
Pero en general es una colección curiosa, muy válida como base. Por otra parte, siempre he pensado que los libros de cocina te dan parte de la receta que tu experiencia completará. Y ésta añade el extra de contar de una forma amena y sencilla muchas particularidades de los alimentos y de algunas técnicas, lo cual a quienes nunca hemos tenido un aprendizaje nos viene muy bien.
De entre las recetas, me llamó la atención una de ellas basada en la calabaza (que me encanta). Así que hice un par de cambios mínimos (principalmente, cambiar su queso feta por un sabroso queso de Hinojosa) y éste es el resultado.
Ingredientes (para 2 personas)
500 gr. de calabaza
4 lonchas de queso de Hinojosa
1 naranja
2 rebanadas de pan del bueno (en mi caso, de la casita de pan, claro)
1 cucharada de miel de eucalipto
1 cucharada de mantequilla
Sal
El comienzo de esta receta es muy sencillo pues se basa en hacer una crema de calabaza muy concentrada. Para ello vamos a pelar la calabaza y, antes de nada (ya verás luego por qué) cortamos tres rodajas de algo más de un centímetro de ancho, de las que sacaremos ocho piezas rectangulares del mismo tamaño (para ello, cortas una rodaja a la mitad; de una de ellas extraes un rectángulo y esta pieza te servirá de molde para cortar con cuidado las otras tres).
Reservadas estas “lonchas” de calabaza, troceamos el resto y lo cocemos en una cazuela con agua hasta cubrir y sal, hasta que la calabaza esté blanda. Escurrimos (yo dejo un pelín de agua para aligerarla un poco), trituramos y mezclamos con el zumo de la naranja, la mitad de su piel rallada y la miel. Colamos y reservamos.
En otra cazuela ancha cocemos nuestras “lonchas” de calabaza en agua hirviendo con sal, hasta que estén tiernas, escurrimos y reservamos. Cortamos las rebanadas de pan del tamaño similar a las lonchas y hacemos lo mismo con el queso. En mi caso, al ser un pan grande, no me compliqué: corté un par de lonchas que luego corté a su vez a la mitad. Tostamos el pan y comienza el montaje.

Colocamos las tostadas de pan en el plato, cubrimos con el queso, con una loncha de calabaza, otra de queso y culminamos con otra de calabaza. Al lado hacemos otra montañita igual y ya solo nos queda servir la crema de calabaza.
Como ves, no deja de ser una sencillísima crema de calabaza con un puntito diferente que le da la miel y ese toque especial que le dan esas lonchas de queso y calabaza.

La recomendación del chef
Casualidades de la vida, estaba yo cocinando, como casi siempre, con música y sonó este temazo que al principio no reconocí. Se trataba del ‘I want out’ de los alemanes Helloween. Y digo que es casualidad porque este grupo llevaba como imagen de la banda, precisamente, una calabaza. Para rematarlo, busqué el vídeo y ahí me encontré una calabaza volando por los aires que protagoniza el momento final del vídeo. Así que es una buena canción para dar calabazas. Y doy fe de ello, pero eso es otra historia.
[youtube=http://youtu.be/FjV8SHjHvHk]