Ayer apareció mi chica en casa con una calabaza y un antojo tremendo así que acepté que me diera calabazas 😉 y me metí en la cocina a ver qué salía.
Tras echar un vistazo al frigorífico, encontré un puerro, unas zanahorias y unas cebollas que irían bien para hacer una crema, así que me puse a ello. Además me quedaban unas mandarinas que habían salido deliciosas y decidí mezclarlo todo.
Ingredientes
Una calabaza
Cuatro zanahorias
Un puerro
Dos cebollas pequeñas
20 cl de nata líquida para cocinar
75 cl de caldo de verduras
Dos mandarinas
Aceite, sal y pimienta
Hacer una crema de calabaza es de las cosas más sencillas del mundo. En este caso, corté la verdura en trozos ni muy pequeños ni muy grandes. En una cazuela con dos chorritos de aceite a fuego medio agregué primero la cebolla y cuando empezó a hacerse incorporé las zanahorias, la calabaza y el puerro. Previamente, reservé unas pequeñas tiras de calabaza, luego os contaré para qué…
Dejé que se fuera haciendo la verdura durante unos diez minutos, removiendo de vez en cuando. A la cazuela agregué después la piel rallada y el zumo de dos mandarinas, aproximadamente 75 cl de caldo de verduras, que lo puedes haber hecho previamente o comprarlo ya hecho (si lo haces tú quedará mucho más rico, claro), sal, pimienta y un toque del jengibre fresco de Gourmet Garden. Tapamos la cazuela y dejamos cocer a fuego lento durante unos quince minutos.
Mientras, ¿os acordáis de las tiras de calabaza que habíamos reservado? Bien, pues las colocaremos sobre papel vegetal en una bandeja del horno, que habremos precalentado a 200º, las cubriremos con otra hoja de papel vegetal y las meteremos en el horno hasta que estén listas (ligeramente tostadas, suele bastar con unos 5-10 minutos).
Pasamos por la batidora la verdura, añadimos la nata líquida y corregimos de sal. Lo calentamos un poquito y ya está listo para servir. A la hora de emplatar, yo me he decantado por un chorrito de vinagre balsámico de chocolate, cebollino picado y las tiras de calabaza que había preparado en el horno. Y éste es el resultado:
La recomendación del chef
Para este plato me quedo con un grupo clásico como es Led Zeppelin y su “Tangerine”, que no tiene nada que ver con el plato más allá de la relación que puede haber entre el título y la mandarina de la receta… Pero el caso es que siempre es buen momento para disfrutar de esta pequeña joya, un descarte de Jimmy Page cuando estaba en los Yardbirds.
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Calabaza y mandarina qué combinación tan llamativa, pero la cremita me encanta y yo soy muy de cuchara, así que punto para ti !
😉
¡Muchas gracias! La verdad es que fue un experimento… ¡Pero salió bien! 🙂
Una crema estupenda y con mandarina…. que buena!!!
Yo la calabaza la utilizo mucho para repostería.
La calabaza es estupenda, precisamente por lo mucho que se puede hacer por ella, aunque confieso que yo suelo limitarme a cremas y purés. ¡A ver si me animo a probar algo nuevo!
Qué mezcla más buena, además la mandarina le dará bastante aroma, no? No había oido hablar del vinagre balsámico de chocolate, me lo apunto 😉
Muchas gracias, María José 🙂 Pues sí, lo único es que hay que tener cuidado y, dependiendo de cómo sean las mandarinas hacerlo con más o con menos. En cuanto al vinagre, yo es la primera vez que lo pruebo, ¡pero no será la última!
esa mezcla tiene buena pinta.mañana probare a hacerla
¡Pues a ver si te gusta!
[…] (con las que preparé mi particular versión del potaje) o la calabaza, que da pie a estupendas cremas que con el mal tiempo entran de maravilla y que a mí, particularmente, me encantan. Claro que, en […]