Motivado por la posibilidad de retomar durante las vacaciones de Navidad mi interés por la experimentación culinaria, decidí inscribirme en un concurso, Blog Off Cook Off, que descubrí a través de Pasean2.
El reto es muy grande ya que en este concurso, auspiciado por la marca de hierbas y especias Gourmet Garden, participan blogueros especializados en cocina de muy alto nivel mientras que yo, además de no estar especializado en cocina (realmente, no sé ni siquiera si estoy especializado en algo), no soy más que un iniciado en estos temas que intenta poco a poco adentrarse en este fascinante mundo. Pero, como digo, se acercaban las navidades, tiempo propicio para ponerse manos a la masa y, al menos, intentarlo.
El caso es que fui a cenar en Nochevieja a casa de mis padres y me apetecía llevar algo que no fuese muy pesado, porque en estas cenas ya se sabe que siempre hay demasiada comida. Elegí el salmorejo porque me gusta mucho y además es un plato ligero y fresco que viene muy bien en estas opíparas cenas. Como del salmorejo hay tantas recetas como personas que lo preparan, opté por seguir la receta de El Comidista, que me parece que está muy bien.
Ingredientes
Sal
Aceite
Un diente de ajo
750 gr. de tomate muy maduro
Pan del día anterior
3 huevos cocidos
Vino fino
Empezamos cociendo los huevos. Sobre esto he leído de todo, yo siempre los dejo en agua hirviendo durante 10 minutos y quedan estupendos. Aunque también alguna vez me he distraído, se han quedado unos minutos más y no ha pasado nada. Eso sí, siempre dejarlos con una cuchara para evitar que la cáscara se rompa.

Aplastamos un diente de ajo con el cuchillo y lo frotamos por el fondo del recipiente donde vayamos a hacer el salmorejo. Luego podemos optar por añadir o no el ajo según como nos guste de fuerte. Yo opté por tirarlo, pero añadí al tomate un poco del ajo picado de Gourmet Garden.
Picamos los tomates y los añadimos. ¿Cómo de finos? Pues ten en cuenta que los vas a pasar por la batidora, pero siempre dependerá de lo maduros que estén. Yo no me tomé muchas molestias y quedó bien. Le añadí el ajo picado y a empezar con la orgía de destrucción tomatera, batidora en mano.
En otro bol, se supone que debía poner pan del día anterior. Pero, oh, sorpresa, no me quedaba pan del día anterior… Esto para un purista del salmorejo habría sido el acabose, pero yo, que no me complico la vida y soy algo adán, opté por solucionarlo con unas rebanadas de pan tostado del súper, ya ves. Así que mezclé unas tostadas con un poco de vino fino (dos tapones, para ser exactos) y un poco de agua, lo empapé todo y lo machaqué hasta que quedo hecho una masa. Lo agregué al tomate triturado y lo dejé un par de minutos, mientras picaba dos de los huevos cocidos. Los eché en el recipiente, un poco de sal y… Vuelta a la matanza con la batidora.

Aquí es donde hay que tener un poco de cuidado, porque hay que añadir el aceite ( 150 ml.) pero poco a poco, de manera que se vaya creando una crema espesa (y deliciosa). Se mete en la nevera y se deja enfriar antes de servir. A la hora de presentarlo, a mí me gusta picar el huevo que quedaba y ponerlo por encima. Lo suyo sería hacerlo directamente en los platos pero como este salmorejo tenía que viajar hasta la casa de mis padres, lo hice justo antes de llevármelo.
El resultado fue muy bueno, gustó a todos y hasta mi padre me pidió la receta, lo cual no está nada mal teniendo en cuenta que trabajó durante muchos años como cocinero. Pero…

Experimentando con un clásico
Yo me quedaba con ganas de jugar algo más. Además solo había utilizado un poco de ajo de Gourmet Garden, y teniendo en cuenta que tenía toda una selección, que además tenía muy buena pinta, creí que debía arriesgarme a hacer algo más. Como decía la gente de Gourmet Garden, “cuando se trata de cocinar no hay límites”, así que decidí ver qué se podía hacer: reservé un poco del salmorejo que había preparado y me puse a ello.
Para empezar, me animé a variar el salmorejo, algo que no soportarán los puristas pero qué le vamos a hacer. A mí me gusta el picante, aunque no creáis que soy de esos que se tragan los jalapeños como si fueran galletitas saladas. Y tenía un tubo de chile de Gourmet Garden así que probé a añadirle un poco, lo suficiente para darle un dulzor picante.
Y, ¿qué más tenía a mano? Sobres de gelatina neutra… Dicho y hecho. Preparé la gelatina siguiendo las instrucciones del fabricante y la agregué a un poco del salmorejo que me quedaba que había calentado previamente. Cuando estaba completamente disuelto, eché el resto de salmorejo y removí hasta que todo quedó perfectamente mezclado. Incorporé otro huevo cocido y cortado en rodajas, todo a un molde y… A la nevera, a enfriar.

Bien, sobre el tiempo de espera, esto cuanto más mejor. El fabricante indicaba un tiempo mínimo de 4 o 5 horas, pero si se puede dejar todo un día, para mí, mucho mejor. A la hora de desmoldarlo, bastará con meter unos minutos el molde en agua caliente. Algo que no había tenido en cuenta fue el hecho de que, al calentarse la gelatina lo suficiente para poder extraerla, el salmorejó licuó un poco, pero tampoco creo que sea un problema.

Bueno, pues ya tenía una gelatina de salmorejo picante. Bien. Pero esto parecía muy soso, ¿verdad? ¿Qué podía hacer? Recordé que había comprado hace poco unas lonchas de jamón de pato así que, ¿por qué no hacer unos crujientes? Una lámina de papel vegetal, las pequeñas lonchas encima, otra lámina encima y al horno durante 10 minutos a 200º.

Vale, eso ya estaba, pero faltaba algo más. La gelatina no deja de ser algo extraño entre lo sólido y lo líquido pero más cerca de lo primero que de lo segundo, así que pensé incorporarle una salsa, pero… ¿Qué salsa le añades a un salmorejo? Eché un vistazo al surtido de Gourmet Garden… Albahaca, que me encanta y me moría de ganas de probarla. ¿Y qué más le puede ir a un salmorejo? Algo que lleva el propio salmorejo: vino fino.
Calenté un poco en una cazuela, le añadí un par de cucharadas de azúcar y la albahaca, hasta que se mezcló todo en una salsa. Serví la gelatina de salmorejo clavando unos crujientes de pato por encima y la salsa de albahaca alrededor.
Y el resultado fue el siguiente:

Habría que mejorar la presentación, sobre todo por el problema de la gelatina en cuanto entre en contacto con algo caliente como la salsa, pero el sabor estaba bastante bien, en mi opinión. Se puede comer tal cual o, como hice yo, poniendo trocitos de la gelatina sobre una rebanada de pan tostado con el crujiente de pato y la salsa por encima.
Recomendación del chef
Servir acompañado de un disco como ‘Échate un cantecito’ de Kiko Veneno realzará la sensación y, en según qué casos, puede incluso servir para que tu amor no se te vaya y disfrutar de cómo brilla el sol y del calor, tan raro en el mes que estamos. Siempre y cuando seas un Lobo López, claro.
[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=8xhQyvQB55E]
Y, por último, aquí os dejo las variedades de Gourmet Garden que he utilizado en esta receta.

La verdad es que me han gustado bastante, sobre todo teniendo en cuenta que, según dicen en su web, están elaboradas con hierbas frescas de cultivo biológico, algo que no está nada mal.
[…] pesar de que ya presenté un plato para este concurso, me he animado a seguir experimentando con los productos que recibí. A veces sin éxito y otras, […]
[…] cuatro recetas: Tosta de verduras con huevo y eneldo, tortellini con salsa de albahaca y almendra, gelatina de salmorejo picante y la croqueta samurai (que además fue mi primera experiencia haciendo […]