Lo confieso: en mi vida había cocinado pato. Por varios motivos.
El principal, que siempre me ha dado un poco de pena. Sí, ya sé que es una tontería, pero hay que entender que soy de la generación que creció con Donald y el Pato Lucas. Y que, como casi todos los niños de mi generación, me vine un día del colegio con un patito que cuidé hasta que se hizo adulto (y mis padres soltaron en un parque de la ciudad en el que suele haber patos; y esto es así).
Por otra parte, el pato no es precisamente barato y esto siempre me echa atrás: me da miedo destrozar una buena (y cara) pieza por no saber manejarla. Pero siempre hay una primera vez y como encontré unas “instrucciones” básicas para su preparación, me animé a hacer el experimento.
Para acompañar el pato, pensé en una combinación de dulce (con la sandía, que además le daba un punto fresquito) y picante, con una sencilla salsa de yogur y shichimi togarashi, un condimento utilizado en la cocina japonesa y que es una mezcla que suele constar de siete especias, normalmente con un punto picante (en realidad, si no me equivoco, togarashi es la palabra japonesa para el pimiento picante). Lo mejor de este plato, además de su facilidad, es que se prepara en un santiamén.
Ingredientes (para dos personas)
Un magret de pato (350 gr. aprox.)
Un par de rodajas de sandía
Medio yogur griego (con el otro medio y unos trozos de sandía te puedes preparar el postre)
Shichimi togarashi
Sal
Primero, deberemos practicar unos cortes en la pieza por el lado de la piel. Deben ser cortes en diagonal, separados por algo más de un centímetro, y deben llegar hasta la carne pero sin cortarla. Hecho esto, calentamos la plancha o sartén a fuego medio y colocamos el pato con la piel en contacto con la superficie.

Debemos dejarlo unos 5 minutos, más o menos. Verás que empieza a soltar su grasa y se dora, ése es el punto para darle la vuelta: cuando está dorado pero sin quemarse. Le damos la vuelta y lo dejamos hacer otro par de minutos, más o menos. Añadimos una pizca de sal antes de sacarlo y cortarlo en trozos de aproximadamente un centímetro de ancho (yo me guié por los cortes hechos previamente).
Mientras se hace el pato, cortamos la sandía en piezas más o menos similares y quitamos las pepitas. Para la salsa, mezclamos medio yogur con media cucharada de shichimi togarashi (aunque puedes añadir más al gusto) y al final añadiremos la grasa que haya soltado el magret. Mezclamos bien (podemos rebajar además con un poquito de aceite de oliva virgen extra).
Emplatamos alternando el pato y la sandía, con la salsa por encima. Y disfrutamos. Para mí quedó muy bien, sobre todo para ser mi primera vez. Mi chica quiso pasar un poco más algunas de las piezas, pero para mí, que a veces me paso de carnívoro, estaban bien.

La recomendación del chef
Hubo un tiempo en el que Xoel López no era tan conocido. Por entonces su nombre artístico era Deluxe y tocaba en garitos que no solo no se llenaban, sino que no solían juntarse más de 30 personas, en noches en las que la gente creía tener algo mejor que hacer. En aquellos tiempos, Xoel participaba de vez en cuando en un programa en la emisora en la que yo trabajaba, tocando canciones con la única compañía de una guitarra; sensacional. Me pregunto dónde habrán quedado las grabaciones de aquellos programas, que tenía que haberme “agenciado” (porque seguramente se reutilizarían los discos para grabar algo aburrido). Todo esto me gusta especialmente, porque creo que solo así un artista puede llegar a valorar el trabajo, el esfuerzo y los éxitos conseguidos. Se puede ser grande, pero hay que ser pequeño para poder llegar a ser muy grande.
[youtube=http://youtu.be/mhBc8QV3kXY]
Pues tiene una pinta de muerte, qué rico!!!!
A ver si animo yo, pues no he cocinado pato nunca.
Saludos
Anímate, a mí me daba algo de reparo, pero ahora tengo muchas ganas de repetir