Tiramisú de lima y jengibre

Tuve la suerte de que el primer tiramisú que probé fue el de mi padre.

Siendo cocinero en un restaurante italiano, os podéis imaginar el resultado. Pero además el tiramisú tiene cierta magia que engancha, sobre todo a los más pequeños. Lleva productos de nombres raros como el mascarpone, que a mí me sonaba a general italiano de rancio abolengo y tupido mostacho. Incluye unas gotas de licor, que para los niños de antes era algo así como la fruta prohibida. Y además tiene que enfriarse. Lo cual, en mis años, solía significar incontables paseos hasta el frigorífico, rondando como buitres en busca de piezas y cantando el consabido soniquete: “¿Yaaaaaaa?” Seguido del categórico, y a ciertas alturas probablemente irritado, “Nooooo”.

Por todo eso el tiramisú es probablemente uno de mis postres preferidos. Y esto es bueno, porque ahora, como decía, prácticamente lo encuentras en cualquier sitio, dentro de la amplia gama que va desde el restaurante italiano que vende “pisas” (y no hablan de la torre) al bufé indio, todos ellos, claro, con tiramisú casero de postre. Pero también es malo, porque cuando tu primer tiramisú ha sido casero… El listón queda muy alto.

En esta ocasión, y a pesar de que yo para el tiramisú soy muy clasicote, tenía ganas de trastear y hacer algo diferente. Tomando como base el tiramisú de limón, que igual ya está un poco visto, se me ocurrió esta peculiar mezcla de sabores que van de maravilla con la crema de mascarpone y dan como resultado un tiramisú delicioso y muy refrescante, ideal para el verano.

Ingredientes

500 gr de mascarpone

3 limas

3 huevos

1 cucharada sopera de jengibre fresco

Bizcochos de soletilla (unos 20, dependiendo del tamaño del recipiente)

150 gr de azúcar

Ron

Jengibre fresco rallado

Miel

Zumo de medio limón

Crema de lima o lime curd (yo la hice, pero se puede comprar hecha)

El primer paso es preparar nuestra crema de lima, a no ser que la compremos hecha, ya que tiene que enfriar. Rallaremos la piel de las limas y la pondremos en una cazuela junto con el zumo de estas, unos 200 gr de azúcar y 100 gr de mantequilla. A mí me gusta pelar media lima (sin la parte blanca) y picarla muy fina para que queden pequeños trozos de la piel en la crema. Dejaremos a fuego medio-suave hasta que la mantequilla se derrita y el azúcar se disuelva y entonces añadiremos los huevos batidos. Cocemos a fuego lento removiendo continuamente hasta que la mezcla quede más espesa y dejamos enfriar.

El siguiente paso será preparar un ponche de jengibre, con una cucharada de jengibre fresco rallado, el zumo de limón, dos cucharaditas de miel y un chorrito de ron. Dice Niki Segnit en ‘La enciclopedia de los sabores’ que este ponche es perfecto para cuando estás resfriado, pero que no hace falta estar enfermo para disfrutar de su sabor. Y voy a tener que darle la razón. También lo dejamos enfriar.

Vamos con la crema de mascarpone; separamos las yemas de las claras y batimos dos de las claras a punto de nieve, mientras que las tres yemas las batiremos en un bol con el azúcar hasta que hagan un poco de espuma. Incorporamos entonces poco a poco el mascarpone y, una vez mezclado, añadimos las claras montadas hasta que quede una crema espesa y bien ligada.

Con el ponche de jengibre y la crema de lima fríos, solo nos queda el montaje. Para ello, empapamos los bizcochos en el ponche de jengibre y los colocamos una capa en el recipiente en el que vayamos a preparar el tiramisú. Añadimos la crema de mascarpone encima y colocamos otra capa de bizcochos sobre la que rematamos con la crema de lima. Cubrimos y dejamos enfriar unas 3 o 4 horas. Podemos espolvorear cacao (o, por ejemplo, cardamomo molido) por encima. Solo falta agarrar una cuchara y… Atacar.

Tiramisú de lima y jengibre
Tiramisú de lima y jengibre

La recomendación del chef

Postres como el tiramisú, en cualquiera de sus versiones, invitan a soñar. Y como canta Luciano Ligabue en ‘Sono sempre i sogni a dare forma al mondo’, son los sueños los que dan forma al mundo. O, por lo menos, los que lo hacen un poco más habitable. Igual que un tiramisú.

5 comentarios

  1. […] La receta no tiene la menor complicación; empapé ligeramente unos bizcochos de soletilla en un ponche de ron, jengibre, miel y limón extraído del libro ‘La enciclopedia de los sabores’ de Niki Segnit. Preparé el mascarpone como es habitual para este postre (mezcla del queso con yemas batidas con azúcar y claras a punto de nieve) y, como novedad, preparé una crema de lima (o lime curd). Solo quedaba colocar las capas: bizcocho, mascarpone, bizcocho y crema de lima, dejar enfriar en el frigorífico unas horas y disfrutar. Está mal que yo lo diga pero quedó sensacional, con la esencia del tiramisú pero muy refrescante. Puedes leer la receta completa en esta entrada. […]

  2. Hice este tiramisú en casa y fue todo un éxito, y eso que al principio me fruncían el ceño cuando les hablaba de los ingredientes. Ahora me piden que lo haga otra vez y no tardaré en repetirlo, que con estos calores apetecen postres así, fresquitos y cítricos. ¡Gracias por la receta! 😉

    • ¡Qué bien! Me alegro mucho. La verdad es que un postre en el que te pueda evitar encender el horno con este calor merece la pena. Y si encima está así de rico, para qué quieres más 😉 Muchas gracias por tus palabras

    • Hola, es el mismo proceso que para hacer la crema de limón o “lemon curd”, pero con lima. El proceso lo tienes explicado en la receta, justo después de los ingredientes. Un saludo

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