Para empezar, antes de que nadie me crucifique, he de decir que éste no es un arroz negro propiamente dicho. Pero, a veces, hay que apañárselas con lo que se tiene.
Para empezar, antes de que nadie me crucifique, he de decir que éste no es un arroz negro propiamente dicho. Pero, a veces, hay que apañárselas con lo que se tiene.