Pocas sensaciones gastronómicas son tan placenteras como disfrutar de un salmorejo fresquito en un día de calor.
Ir a la recetaSi, además, como en este caso, aprovechas la fruta de temporada, en este caso una cereza del Jerte que estaba explosivamente sabrosa, para darle un toque dulce, unos guisantes frescos para aportarle un sabor terroso, el puntito de la anchoa (que con el tomate siempre me ha parecido que hace una pareja excepcional) y rematas con la mezcla de hierbas provenzales de Gourmet Garden, que aportan aroma y color, consigues una recetaza deliciosa y facilísima de preparar.
Este plato, en esta ocasión, yo lo concebí como un entrante, pero ajustando las cantidades puede ser un perfecto primer plato, sobre todo si planeas una comida o una cena en estos meses de verano. Tus invitados lo agradecerán.
Cuando mezclemos todos los sabores, el tomate, la cereza, el guisante, la anchoa y las hierbas provenzales, disfrutaremos de un sabor fresco y delicioso. Ideal para disfrutar en verano.
Salmorejo de cereza con guisantes y anchoa
Plato: EntranteCocina: Cocina fusiónDificultad: Fácil4
raciones35
minutosIngredientes
Un par de tomates maduros (yo utilicé de la variedad ‘corazón de buey’, que es una gozada)
100 gr de cerezas del Jerte
Un diente de ajo
2-3 rebanadas de pan del día anterior
1 huevo
Vino fino (o vino blanco en su defecto)
Mezcla de hierbas provenzales
Guisantes frescos
1 lata de anchoas
Aceite
Sal
Instrucciones
Cocemos el huevo, le quitamos la cáscara y lo dejamos enfriar.
En un bol mezclas pan del día anterior, en trozos, con un chorrito de vino fino y, si hace falta, un poco de agua. Lo dejas un rato, para que empape bien.
Aplastas un diente de ajo con la hoja del cuchillo, lo frotamos por el fondo del recipiente en el que vayamos a preparar el salmorejo y lo añadimos (esto es opcional; si no te gusta mucho el ajo, exclúyelo).
Picas los tomates y los trituras finos. Lo mismo con las cerezas, deshuesadas y troceadas. Mezclas el tomate, las cerezas y el pan empapado. Lo dejas reposar un par de minutos y vuelves a triturar, cuanto más fino mejor.
Mientras, picamos el huevo cocido y se incorpora. Añadimos la sal, al gusto. Volvemos a batir todo y vamos añadiendo el aceite poco a poco. Probamos para corregir de sal y dejamos enfriar en el frigorífico.
Antes de servirlo, preparamos la otra parte del plato: escaldamos ligeramente los guisantes y los salteamos en la sartén. Para montar el plato, servimos el salmorejo fresco, encima los guisantes y rematamos con una anchoa y la picada de hierbas provenzales a la que previamente añadiremos un chorrito de aceite y unas gotas de vinagre.

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