Paquetitos de boniato con bacalao

Hace unos días, me dijo mi chica que había visto una receta en internet que le había gustado y que tenía que intentar hacerla.

Cuando la vi, descubrí que la receta en cuestión era nada más y nada menos que de Bruno Oteiza, gran cocinero (a mí es uno de los “cocineros televisivos” que más me gustan) y propietario de grandes restaurantes como el Biko de México, que se encuentra dentro de la lista de los 50 mejores restaurantes del mundo.

Casi nada…

Pero para mí sus deseos son órdenes así que, con algunas ligeras variaciones, me metí de cabeza en este fregado. Por cierto, la receta original es de paquetitos de patata y la podéis ver aquí. Entre mis modificaciones, por falta de tiempo o de ingredientes, está el cambio de la patata por boniato. Yo siempre he visto al boniato como una especie de mezcla entre la patata y la zanahoria, y tampoco voy tan mal encaminado: tiene muchas similitudes con la patata (la forma, sin ir más lejos) pero también con la zanahoria, como su color anaranjado o por la gran cantidad de betacaroteno que posee. Además entre sus virtudes destaca la fibra, fundamental para el tránsito intestinal y con un importante papel en la prevención del cáncer de colon, el colesterol y diversas enfermedades cardíacas.

Ingredientes

150 gr. de bacalao desalado

1 boniato largo

2 cucharadas de ajo Gourmet Garden

1 cucharada de eneldo Gourmet Garden

1 cucharada de perejil Gourmet Garden

1 cebolleta

Medio tomate

Zumo de medio lima

Aceite de oliva virgen extra

Sal

La temporada del bacalao está llegando a su fin (qué lástima). No obstante, para esta receta yo opté por una bandeja de bacalao desalado Club Royal, que lo probé en un evento que hicieron en Madrid y me gustó. Para este plato es muy práctico, pero además utilizan métodos de pesca respetuosos con el medio ambiente, que ya es un plus.

Cortamos el bacalao en trocitos pequeños (sin pasarse, que no necesitemos lupa para encontrar el bacalao; la cuestión es que no sean muy grandes para que luego podamos cerrar bien los paquetitos). En un bol mezclamos una cucharada de ajo de Gourmet Garden con otra de perejil y otra de eneldo. Lo mezclamos bien y añadimos el zumo de media lima y un chorrito de aceite. Añadimos el bacalao y mezclamos todo bien.

Bien, ahora llega una de las partes más complicadas, ya que en la receta original proponía cortar las patatas en una mandolina… Que yo no tengo. ¿Qué hice? Pues me armé de paciencia y de un cuchillo afilado (así, como el bandido doblemente armado del libro de Soledad Puértolas) y me puse a afinar el corte hasta dar conseguir unas láminas finas de boniato, que permitiesen doblarlas sin romperse. Con el trabajo y la concentración, se me olvidó hacer fotos, pero la cuestión es, sobre todo, tener mucha paciencia y no agobiarse. Sujeta bien el boniato y empieza a cortar en láminas. Las primeras no te servirán porque serán muy pequeñas, pero las puedes guardar para otro plato, junto con las que no te sirvan (eso hice yo, ya os contaré qué hice con el boniato que me sobró).

Otra cuestión es que no conseguí unas láminas lo suficientemente largas como para hacer los paquetitos con cuatro hojas. Sin agobios: en vez de cuatro, seis láminas y los paquetitos quedarán de lujo.

Bien, se acerca otro momento complicado. Lo bueno es que, pasado esto, el resto de la receta será coser y cantar. Lo que toca es disponer las láminas en forma de flor y, en el centro, colocar el bacalao que hemos preparado antes. Lo complicado es cerrar el paquete que, al contar con tantas hojas y ser más grueso de lo normal, no había forma de que se quedase cerrado. Yo lo solucioné con un palillo, imaginación al poder. Hecho esto, deberás poner un poco de aceite en la bandeja del horno y disponer sobre este aceite los paquetitos. Los riegas con un poco de aceite por encima y al horno, unos 20 minutos a 180 ºC.

Ahora es el momento de respirar un poco y relajarse. No sé cómo os irá a vosotros, pero a mí los pasos previos me recordaron a esas escenas de las películas en las que desactivan una bomba. Por suerte, ni el boniato ni el bacalao, hasta donde yo sé, explotan 😉

Con tranquilidad, que lo peor ya ha pasado, hacemos el resto: tan sencillo como dorar la cebolleta en la sartén y añadir el tomate que, para esta receta, corté previamente en trozos finos, casi láminas. Preparamos además una sencilla vinagreta.

Ya solo queda, cuando los paquetitos estén hechos, sacarlos con cuidado con una espátula y disponerlos en el plato. Sobre ellos coloca la cebolleta con tomate y vierte por encima la vinagreta. Puedes decorar con perejil.

Por supuesto, el resultado no tiene nada que ver con la receta original, pero yo estoy bastante orgulloso. Como ya le comenté en su día al periodista Jorge Trevín en una entrevista que me hizo, el pescado es uno de mis retos culinarios actuales. Además, reconozco que no todos los paquetitos quedaron bien, pero al menos uno quedó bastante decente. Y si no, juzgadlo vosotros mismos.

La recomendación del chef

Como un homenaje al buen tiempo que estamos disfrutando últimamente, recomiendo un tema del 2006, este “Fotos al sol” del fascinante disco de debut en 2006 de Skimo, “Un año de libros viejos y los restos de un incendio”. Un álbum muy recomendable, a medio camino entre los fantásticos Mercromina y los internacionales The Postal Service, que puede ser la banda sonora ideal para degusta una comida tranquila mientras los rayos de sol se filtran por la ventana.

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Además, nosotros lo acompañamos con un verdejo fresquito de la Bodega Copaboca, un Gorgorito cuya etiqueta, por cierto, me encanta. Un vino fresco y original, como su etiqueta, a un precio económico. Como a mí me gusta 😉

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