Éste es uno de los primeros platos que me animé a preparar. Es muy fácil, se prepara en un momento y a mi chica le encanta, ¿qué más puedo pedir?
Además tiene la ventaja de que es un plato muy cómodo si tenemos unos cuantos invitados. La salsa es contundente, de manera que puede ser una estupenda opción para un segundo plato.
Por otra parte, es un plato no apto para todos los paladares. El roquefort tiene un sabor muy fuerte que no agrada a todo el mundo. Tenlo en cuenta si vas a prepararlo para invitados.
Ingredientes
Filetes de secreto de cerdo (uno por persona, la salsa cunde más)
Una cebolleta
200 gr. de roquefort (el cabrales también es una buena opción y la receta es exactamente igual)
200 ml. de nata líquida
Nuez moscada
Mantequilla
Cebollino
Comenzamos pasando los filetes por la sartén, hasta que queden doraditos, y reservamos.
Después picamos la cebolleta fina. Para mí, es fundamental que quede muy picada, para que quede más homogénea después la salsa. Cuando la tengas, agrégala a una sartén en la que previamente hayas calentado un poco de mantequilla caliente. Lo ideal es que quede fina, casi transparente. Entonces, agrega el queso, que habrás partido previamente en trocitos. Remueve bien hasta que el queso esté completamente deshecho.
Entonces incorporamos la nata líquida, mezclamos bien, y añadimos un toque de nuez moscada, que en mi opinión le da un toque delicioso. Es importante remover toda la mezcla todo el rato.
Ahora, con la carne, tienes varias opciones. Hay quien incorpora los filetes tal cual, o quien lo filetea en tiras finas. Para mí gusto, lo mejor es hacer unos cortes más o menos finos, de manera que queden como pequeños medallones. Creo que así el plato gana en presentación, pero además absorbe mejor el sabor de la salsa.
Lo incorporamos a la mezcla, lo dejamos unos minutos a fuego medio-alto y ¡ya está! A la hora de presentarlo, a mí me gusta repartir un poco de cebollino picado para darle un toque de color a un plato que, en principio, debería quedar demasiado blanco.
Y el resultado:
El secreto
Generalmente, este plato se suele preparar con solomillo que, además de ser más económico, a mí me gusta más para esta receta. Pero, ¿qué es exactamente el secreto? Bueno, puesto esto lo descubrí a través de mi amigo Fran, que de esto sabe lo suyo. Esta pieza de carne está oculta tras la zona alta de la paletilla (de ahí su nombre). Originalmente, quedaba para el consumo en la matanza, e incluso se utilizaba para los controles veterinarios. Pero desde hace unos años se ha popularizado su uso, de manera que podemos disfrutar fácilmente de una pieza poco atractiva a la vista, con un corte irregular, pero de un sabor exquisito.
La recomendación del chef
Quizá inspirado por el queso roquefort, he querido acompañar este plato de la versión que del clásico de Edith Piaf ‘Mon Manège à Moi’ realizó Etienne Daho. No entiendo bien la letra porque mis escasas clases de francés están perdidas, por desgracia, en el tiempo y la memoria, pero creo entender el sentido de la canción: lo bello que es tener a una persona que haga que tu mundo gire, como en un tiovivo, y con quien compartir un secreto… O dos.
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simplemente.. me encanta el roquefort, de echo esta es una de mis recetas favoritas
Es tan sencillo que da gusto. A mí me encanta como plato comodín cuando tienes invitados, suele ser muy agradecido
Que bonito has dejado el blog, me gusta mucho de verdad y la receta genial. besos
¡Muchas gracias! Como ves, yo también estoy en plan de “mejora” 😉
La receta no es para tirar cohetes, pero es muy apañada, sobre todo cuando tienes visitas inesperadas. ¡Gracias por la visita!