La cocina asiática me intriga por su mezcla de sabores y porque suelen ser completamente distintos de aquellos a los que estamos acostumbrados. Además, podría pensarse que es complicada, pero en algunos casos, como la receta de hoy, es todo lo contrario.
Esta receta, además de fácil, es muy cómoda. Puedes dejar el solomillo en el marinado un día antes, de manera que cuando quieras utilizarlo lo tendrás listo en un momento; lo que tarda en precalentarse el horno y hacerse el solomillo.
Vaya por delante que no soy ningún experto en cocina coreana, dato obvio ya que nunca he estado allí (un pequeño requisito que, al menos yo, considero fundamental para poder considerarse experto en la cocina de un país). Además, esta receta una adaptación de varias recetas consultadas, algo así como un cóctel de recetas. Pero estaba bien buena.
Ingredientes
1 solomillo de cerdo
2 cucharadas de ajo picado
2 cucharadas de jengibre fresco, picado
1 cucharada de chile fresco, picado
Media taza de sake
Media taza de mirin
4 cucharadas de aceite de sésamo
Hacemos una majada con el ajo, el jengibre y el chile y añadimos sake, mirin y cuatro cucharadas de aceite de sésamo. Lo mezclamos todo bien hasta que adquiere la consistencia de una salsa líquida.
Colocamos este marinado en un recipiente en el que nos quepa el solomillo y añadimos el solomillo. Tapamos y guardamos en el frigorífico por no menos de dos horas (yo lo dejé un día entero).
Pasamos el solomillo a una fuente apta para el horno engrasada ligeramente con aceite de sésamo, añadimos unas cucharadas del marinado por encima y lo asamos durante unos 15-20 minutos a 180º. Dejar reposar un par de minutos la carne fuera del horno y sírvela en pequeñas rodajas. Puedes acompañar con un poco más del marinado, si te apetece. Como ves, esta receta no lleva sal; personalmente creo que no le hace falta pero te recomiendo probar el solomillo recién asado, si crees que lo necesita, añade sal en escamas mientras la carne está recién hecha.

Lo acompañamos con un licor de arroz típico coreano, el soju, que a mí, personalmente, no me gustó mucho, pero le dio un toque más auténtico a la comida.

La recomendación del chef
Hay vida, al menos en lo que a música coreana se refiere, más allá del famoso y rompe-contadores-de-YouTube vídeo de ‘Gangnam Style’. Está, por ejemplo, Jaurim, un grupo que practica un pop melódico de ese que se te mete por el oído casi sin darte cuenta y después estás canturreando (en un perfecto coreano, claro) toda la mañana. No sé qué dice esta canción, pero me gusta. Y el vídeo me encanta.
[youtube=http://youtu.be/LrB-fJn-3w4]