La de hoy es una entrada muy especial, ya que la publico en el mismo momento en el que estoy comenzando mi charla en el PechaKucha Night Salamanca vol.4.
Y es que tras tres convocatorias que dejé pasar (más por imposibilidad que otra cosa), me decidí apuntarme a la cuarta edición PechaKucha Night Salamanca. Para los que no lo conozcáis, el PechaKucha es un formato de presentación que se basa en dos elementos fundamentales: el apoyo gráfico, con 20 imágenes, y la fluidez, que se consigue con un discurso rápido y dinámico, contando cada ponente con solo 20 segundos por cada imagen presentada.
Aquí, en Salamanca, el PechaKucha se organiza desde el MEDIALAB de la Universidad de Salamanca, con la idea de dar a conocer todo tipo de propuestas. La mía, la Cocina Punk, que los que me conocéis ya sabéis que siempre digo que es lo que hago ya: la cocina del que no sabe cocinar, la del abrir el frigorífico y ver qué sale, la de mezclar sin prejuicios y, sobre todo, probar, experimentar y disfrutar.
Y con motivo de este experimento, se me ocurrió celebrarlo con algo especial. No tenía esta semana mucho tiempo para dedicarlo a la cocina, pero pensé que estaría bien un cóctel. Porque volvemos a disfrutar de unos rayos de sol y apetece, pero también para celebrar. Y para dar una idea por si mis compañeros del PechaKucha necesitan un pelotazo antes de ponerse a hablar en público. Éste es muy fácil, muy rico y se prepara en un momento.
Ingredientes
Ron añejo
Refresco de naranja
Angostura
Agua de azahar
Canela en rama
Hielo picado
Picamos, si no lo hemos comprado ya picado, el hielo. En un vaso para mezclar, añadimos un dedo de ron, un tapón (mi medida universal) de agua de azahar y cuatro o cinco gotas de angostura. Mezclamos bien.
Lo vertemos en el vaso en el que lo vayamos a servir, en el que habremos colocado el palo de canela (por lo que recomiendo un vaso corto), añadimos otro dedo de ron y mezclamos bien. Incorporamos hielo picado, una buena cantidad pero sin pasarse, y rellenamos con el refresco de naranja. Mezclamos bien utilizando el palito de canela y servimos.
Aunque podemos tardar en tomarlo más de lo que se tarda en disfrutar de una charla en formato PechaKucha, recomiendo no demorar mucho para evitar que el hielo agüe la copa.
Gracias, Alberto! Este mismo fin de semana intentaré hacerlo! jajaja. Un abrazo.