El farinato, conocido a veces como “embutido de pobres” es un producto típico de Salamanca cuyo sabor característico solo puede recibir dos tipos de reacciones: o lo odias o te encanta.
Ir a la recetaPor suerte, yo estoy entre los segundos, sobre todo cuando se trata de un buen farinato casero, como el que me dio un compañero que me ha pedido que lo mantenga en el anonimato y al que llamaremos, por ejemplo, Sr. F. El Sr. F., además de proveerme de un estupendo farinato casero, también me ha facilitado un tocino de los de agárrate y no te menees. Además, gracias a él puedo conseguir, de vez en cuando, un vino cosechero de Ribera de Duero que ha hecho las delicias de familiares y amigos. Todo un puntazo, el Sr. F., sí.
Para el que no lo conozca, el farinato es un embutido de color anaranjado elaborado principalmente con miga de pan y manteca de cerdo (todo muy light, sí) y acompañado, según la receta de cada casa con diversos productos, siendo los más habituales la sal, el pimentón y el comino, pero pudiendo fácilmente encontrar también ajo, anís, aguardiente… Toda una delicia.
Pero a lo que vamos, que el otro día volvía yo del trabajo disfrutando del solecito que ha hecho y pensando en qué comer. Y recordé que tenía este farinato, un poco de arroz… Así que nada, en cuanto llegué me puse con este experimento que salió bastante bien.
Risoto de farinato
Plato: Primer platoCocina: Cocina fusiónDificultad: Fácil2
raciones40
minutosIngredientes
Arror arborio (unos 250 gr)
8 rodajas de farinato
1 puerro
Media cebolla grande
3 dientes de ajo
1 pizca de pimentón
Queso parmesano rallado
Sal
Aceite de oliva
Instrucciones
- Picamos finamente la cebolla y el puerro y laminamos los dientes de ajo. En una cazuela con un chorrito de aceite añadimos cuatro de las rodajas de farinato (reservamos las otras cuatro). Dejamos que se frían y cuando empiezan a coger un color entre rojo y marrón las partimos bien con una cuchara de madera (no hace falta mucho esfuerzo, se terminarán de deshacer en la cocción).
- Añadimos el ajo y dejamos que se dore un poco. Entonces incorporamos la cebolla y el puerro y, cuando estén blandos, añadimos una pizca de pimentón (muy poco, media cucharada de postre), removemos bien e incorporamos el arroz y agua caliente hasta cubrir. Yo para esta receta he preferido utilizar agua y no caldo para el arroz coja únicamente el sabor del farinato.
- Dejamos que cueza a fuego medio hasta que el arroz esté en su punto y absorba el agua. Entonces añadimos un par de cucharadas de parmesano rallado y mezclamos bien. Retiramos del fuego y dejamos reposar unos minutos, lo justo para, en una sartén, freír el farinato que nos queda. Emplatamos el arroz con un par de rodajas de farinato por encima.
No lo hemos probado nunca!.
Es uno de esos productos que levantan odios y pasiones, pero a mí me encanta. Si tienes la oportunidad, no dudes en probarlo
Lo haremos, sin duda. Parece como sobrasada no?
El mantenerme en el anonimato, no es por falsa modestia, es porque, el que yo te suministre algún ingrediente (de buena o mala calidad), no impide que hagas unos platos extraordinarios.
Gracias a ti, artista….
Sin un buen producto, no hay nada que hacer. Gracias a ti, crack 😉
Me encanta el rissoto y el de farinato, lo hemos hecho en casa un par de veces y esta delicioso!
BSS
Raquel
¡Si es que es una maravilla!
Hola, me gustaría saber qué cantidad de arroz utilizas para ésta receta. Gracias!!!
Hola, Paquita. Pues menos mal que lo has preguntado porque, al pasar la receta de mis apuntes a la web, me acabo de dar cuenta de que se me olvidó incluir el arroz…, ¡qué cabeza! Yo creo que entre 200 y 300 gr estaría bien, aunque también confieso que yo prefiero que sobre un poco antes que quedarme corto. Sobre todo en platos como este, en los que es habitual que alguien quiera repetir 😉
Un saludo